martes, 17 de febrero de 2009

Yo no sabía...

Yo no sabía que uno podía
morirse dos veces.
Ahora que de nuevo muerta,
estoy arrancándome
estos clavos oxidados de las manos,
esta corona de espinas
que ha dejado mi cráneo agujereado,
esta lanza envenenada con vinagre
y que me escuece el corazón.
Ahora que de nuevo moribunda
me dispongo a resucitar
y a convertir la madera de mi cruz
en un columpio con el que jugar,
no puedo echarme atrás
y ponerme a dormir en la tumba.
Cuesta resucitar,
es difícil insuflarse vida 
cuando me he muerto tanto 
que he visto gusanos anidando en mi mano.
Yo no sabía que uno podia
morirse dos veces,
pero qué mas da,
tampoco sabía
que siempre se puede resucitar.