Ayer empecé y acabé en lo que, literalmente dura un telediario, "Esto es agua" de David Foster Wallace. En realidad es un libro que transcribe una charla que impartío en la ceremonia de graduación de una universidad, así que es corto. Estuvo bien, quizás muchos clichés pero tal como los planteaba tenían sentido y hasta cierta profundidad. Estoy con un montón a la vez, qué novedad. Esta semana acabo el de Marc Simón Martínez "El puzzle humano", estoy también con "Mariola y el mundo" un libro juvenil muy bonito de Mapi Romero y Eva M. Sánchez (ah, y ilustrado por Raquel Sánchez Pros, que las ilustraciones son preciosas).
Estoy acabando "Verdolatría" de Santiago Beruete y empecé "Canto jo i la muntaya balla" de Irene Solà, una obra muy diferente pero que me está gustando. Seguro que me dejo alguno porque suelo ir cogiendo el libro que me está a mano, sí, otra vez literalmente, según estoy por casa: a una o a otra banda del sofá, en el reposapiés del sillón, en la mesita de noche, en el Kindle, en la mesa de mi biblioteca...
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