Lo que no sabe la gente que espera a Dios,
es que Dios no va a llegar.
Hay quien dice que es
porque hay muy malas conexiones ferroviarias
entre su nube y tu cueva.
Hay quien cuenta que es
porque ha salido tarde del barbero
y un santo le ha entretenido en la esquina,
o porque se ha dejado el dinero
en el bolsillo de su túnica de seda
(la de los domingos para ir a misa).
Hay quien se inventa que es
porque tiene que multiplicar el pez de su sobrina,
y limpiar a fondo los lavabos
porque hoy es martes,
y viene su madre de visita.
Pero, aparte de todos estos contratiempos,
posibles, porque Dios es muy sociable,
Dios no va a llegar por razones muy distintas.
No tienen nada que ver con su horario laboral
a tiempo completo,
ni con su manía de no ser visto,
ni con su fobia a las citas a ciegas,
ni mucho menos significa
que se haya olvidado de tu cita,
lo que pasa es que Dios no va a llegar,
porque es a ti al que espera.
es que Dios no va a llegar.
Hay quien dice que es
porque hay muy malas conexiones ferroviarias
entre su nube y tu cueva.
Hay quien cuenta que es
porque ha salido tarde del barbero
y un santo le ha entretenido en la esquina,
o porque se ha dejado el dinero
en el bolsillo de su túnica de seda
(la de los domingos para ir a misa).
Hay quien se inventa que es
porque tiene que multiplicar el pez de su sobrina,
y limpiar a fondo los lavabos
porque hoy es martes,
y viene su madre de visita.
Pero, aparte de todos estos contratiempos,
posibles, porque Dios es muy sociable,
Dios no va a llegar por razones muy distintas.
No tienen nada que ver con su horario laboral
a tiempo completo,
ni con su manía de no ser visto,
ni con su fobia a las citas a ciegas,
ni mucho menos significa
que se haya olvidado de tu cita,
lo que pasa es que Dios no va a llegar,
porque es a ti al que espera.