Mostrando entradas con la etiqueta creencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta creencia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de abril de 2009

¿Sabes qué pasa cuando uno cree en sí mismo?

¿Sabes qué pasa cuando uno cree en sí mismo?
Cuando uno ya no necesita
que los otros le admiren o
piensen que formidable,
o le halaguen porque le sienta bien su nuevo vestido.
Cuando uno ya es capaz de tomar sus propias decisiones
sin esperar la aprobación del resto,
cuando uno ya no necesita
que le den palmaditas en la espalda,
aunque las agradece,
o cuando ya no depende de que la gente le recuerde
sus virtudes y le consuele en sus defectos.
¿Sabes qué pasa cuando uno cree en sí mismo?
Yo te lo voy a decir,
porque hace poco que alguien
al preguntarme sobre mi condición religiosa,
se sorprendió cuando le respondí:
Yo creo en mí.
No es eso lo que yo quería saber, me dijo,
lo que me interesa es conocer si eres creyente o agnóstica.
Precisamente, le contesté.
Cuando uno cree en sí mismo, es en Dios en quien cree,
porque como él se convierte en omnipotente,
como él ya no hay barreras que le frenen,
ni obstáculo que le desvíe,
ni ateo que consiga matarle.
Cuando uno cree en sí mismo,
ya no hace falta que nadie le rece,
porque el valor de nuestra existencia,
de nuestras ideas, de nuestras opciones,
está intrínsecamente ligado,
al que uno mismo le dé.
Porque la fuerza de nuestros proyectos,
de nuestras ilusiones
no proviene de fuera,
de un carro que nos tira,
o de un amigo que nos empuja,
sino de un motor interno que se acciona
cuando uno mismo,
me repito porque hace falta,
cree en él.

sábado, 12 de enero de 2008

C de Creer

Creamos lo que creemos,
por eso el otro día
correteaba un gnomo
por encima de mi escritorio,
por eso el otro día
viaje a Katmandú sobre un unicornio,
por eso casi siempre,
encuentro aparcamiento
cuando me lo propongo.
Somos lo que pensamos,
piensa bien,
de ello dependes,
de ello pende
tu salud y tu suerte.
Añade en tu cocina
un cubo más
de basura selectiva:
desecha las ideas
que te hagan ser la víctima
de tus pensamientos,
que te conviertan en un desdichado,
que te hagan creer que ser pesimista
es sinónimo de ser realista.
Creamos lo que creemos,
escoge bien tus credos,
medita bien tus convicciones,
desde ahí se diseña ya el método,
desde ahí se proyecta ya el resultado.
No está en tus manos
amar sin condiciones,
vivir con plenitud,
ser feliz o estar alegre.
No está en tus manos,
está en tu mente.