miércoles, 25 de marzo de 2009

El pájaro es un estado de necesidad


El pájaro es un estado de necesidad,
no porque lo diga Pérez Estrada,
ni tampoco porque lo reitere yo en este poema.
El pájaro es sin duda
un estado de necesidad primaria,
urgente y perentoria,
porque así me siento todas las mañanas
cuando al palparme la espalda
descubro que todavía no hay allí alas,
ni plumas en mi piel de gallina,
ni pico en mis pálidos labios de anémica.
Si Lamarck tuviera razón en su teoría adaptativa,
Igual después de muchas caídas,
de muchos aterrizajes frustrados,
al ser humano se le caerían las piernas,
y le crecerían alas.
Por eso estoy por intentarlo,
esta vez en serio:
no más experimentos a un metro de tierra,
no más ensayos a menos de veinte pies de altura.
Esta vez me la juego de veras:
voy a saltar desde la nube que amenaza con tormenta,
voy a volar y a convertirme en pájaro.
Lo necesito.
Qué más da si luego, como en esa canción de Mecano,
me convierto en mujer de nuevo,
justo antes de estrellarme contra el suelo.