A veces me gustaría
haber nacido de un huevo
o surgido sin previo aviso
de la tierra seca de una maceta.
A veces me gustaría no llevar
toda esa herencia paternal
que cuelga de unos ganchos
cruelmente sujetos a la piel
de mi espalda.
A veces desearía no ser susceptible
a esa credibilidad y a ese respeto
que envuelve todo lo que dice un padre,
no tener remordimientos
porque yo no comparta sus opiniones,
porque yo no quiera seguir la vida que él me escoge,
ni sentir que yo defraudo porque
no pienso que los policías, el otro día,
en realidad se quedaron cortos.
A veces me gustaría desinfectarme
de todas esas bacterias en forma de
educación y de doctrina
que inoculadas año tras año,
en el contacto diario,
han vuelto rancia mi sangre.
Me he creído el engaño,
pensé sinceramente que esas vacunas de ideas,
de teorías y de sentencias,
Inyectadas con fervor paternal,
con profesionalidad médica,
eran a favor de mi salud,
pero no.
Eran puro veneno.
ahora me doy cuenta de que a veces,
qué doloroso,
qué triste y qué vergüenza,
me gustaría ser huérfana…
haber nacido de un huevo
o surgido sin previo aviso
de la tierra seca de una maceta.
A veces me gustaría no llevar
toda esa herencia paternal
que cuelga de unos ganchos
cruelmente sujetos a la piel
de mi espalda.
A veces desearía no ser susceptible
a esa credibilidad y a ese respeto
que envuelve todo lo que dice un padre,
no tener remordimientos
porque yo no comparta sus opiniones,
porque yo no quiera seguir la vida que él me escoge,
ni sentir que yo defraudo porque
no pienso que los policías, el otro día,
en realidad se quedaron cortos.
A veces me gustaría desinfectarme
de todas esas bacterias en forma de
educación y de doctrina
que inoculadas año tras año,
en el contacto diario,
han vuelto rancia mi sangre.
Me he creído el engaño,
pensé sinceramente que esas vacunas de ideas,
de teorías y de sentencias,
Inyectadas con fervor paternal,
con profesionalidad médica,
eran a favor de mi salud,
pero no.
Eran puro veneno.
ahora me doy cuenta de que a veces,
qué doloroso,
qué triste y qué vergüenza,
me gustaría ser huérfana…