lunes, 22 de junio de 2009

La busqué


La busqué en lo alto de las montañas pirenaicas,
y en las profunidades del Mar Mediterráneo.
Me fui a cazarla en el coto que hay
demasiado cerca de mi casa,
a pescarla en el lago donde solo
nadan neumáticos muertos,
y hasta arrancarla, como si fuera una seta,
en los bosques húmedos y sombríos de La Mata.
Cogí aviones hasta África,
América, Australia.
Pregunté en todas las oficinas
de objetos perdidos,
en las protectoras de animales,
en las residencias de ancianos
y hasta en los orfanatos.
Llegué exhausta a casa,
frustrada y ya sin nada que perder,
supe que había pasado demasiado tiempo
creyendo que mi vida
estaba en cualquier otra parte.