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miércoles, 24 de junio de 2009

Nos guardamos


Nos guardamos el dinero,
los cheques, los pagarés,
las propinas, los aguinaldos,
la calderilla.
Nos guardamos hasta los besos,
los abrazos, las cartas de amor,
y las palabras que nos dijimos un día,
eso sí, sin mucho viento.
Nos guardamos las cosas que heredamos,
las que nos encontramos, las que nos regalaron
- a pesar de que nunca supimos
bien bien qué hacer con ellas -.
Nos guardamos lo que compramos
aunque nos quede grande o pequeño...
Nos guardamos tantas cosas
creyendo que así
podremos llegar
a dejar de ser pobres...
A dejar de tener que pagar
una hipoteca asfixiante,
a dejar de deber dinero en la gasolinera,
a empezar a tener de sobras
en el banco, en la cartera,
en el bolsillo, en el corazón,
en el estómago y hasta en la nevera...
Guardamos, compramos,
poseemos - nos poseen - ...
Con lo fácil que sería comprender
que tan solo dando podemos ser ricos.

*Inspirado en la cita de Vicenç Ferrer: "Si quieres ser rico, da, si quieres ser pobre, no des nada a nadie"

sábado, 23 de mayo de 2009

El lunes a las seis de la mañana

El lunes a las seis de la mañana
empiezo a trabajar.
Cuando me llamaron
para avisarme de que
estaba entre las últimas candidatas
aptas para el puesto de trabajo
casi salto de alegría.
Pues no, no es que vaya a cobrar
un sueldo de escándalo,
ni que el trabajo sea con famosos,
tomando el sol mientras me bebo un Cacaolat en la terraza.
Lo que pensé es que a partir de ahora
ya no iba a poder dudar
de mi capacidad para ser una mujer
que se mantiene.
Ahora que se ha demostrado
que puedo valerme por mí misma
y de que lo único que necesitaba
era creer un poco más en mí,
¡Prepárate Mundo,
Que YA estoy AQUÍ!
Pero, a parte de toda esta alegría
que apenas sabe si salir
vía sonora con risas o
vía líquida con lágrimas,
hay algunas cosas que todavía
no he solucionado.
Mi salario, por ejemplo.
1000 euros
me dan para mucho.
Yo que ya tengo ordenador portátil,
ropa, libros y montones de zapatos.
Yo que ya tengo un armario lleno de bolsos,
collares, pashminas y cinturones.
Yo que lo único que necesito son más caricias,
a mí, que lo único que me hace falta son más abrazos,
¿en qué voy a gastarme todo ese dinero
si lo único que quiero
es lo único que no puedo comprar?

miércoles, 24 de octubre de 2007

P de Precio


Hay vidas en oferta,
hay vidas dos por uno,
hay vidas que se regalan, que se roban,
hay vidas que no valen nada.
Existen las vidas caducadas,
las vidas más baratas,
las que nadie compra,
por las que nadie apuesta nada.
El precio de tu vida lo han fijado
por tu extracto bancario,
por tu apellido,
lo han tasado a partir de
tu lugar de nacimiento,
lo han decidido por
tu capacidad de gasto.
Por eso hay vidas en oferta,
vidas devaluadas,
vidas a las que nadie le importan nada.
El precio de tu vida
no se redondea al alza,
aunque seas capaz de llevar adelante
tres niños, un huerto y una casa,
el precio de tu vida
no cotiza en bolsa
aunque seas capaz de caminar
treinta quilómetros para buscar agua.
Hay vidas que valen más muertas,
hay vidas a las que nadie se molesta
en tener en cuenta,
vidas de hombres sin esperanzas,
vidas de mujeres mutiladas,
vidas de niños a los que nunca
les crecerá la barba.
La economía más sucia de este mundo
reside en este mercado humano,
donde existen vidas de marca,
vidas de lujo,
donde se encuentran
vidas de rebajas, vidas a granel,
vidas gratuitas
porque no valen nada.


Inspirado en el poema "Los nadies" de Eduardo Galeano

miércoles, 10 de octubre de 2007

R de Rica

Según la fórmula matemática
que dicta:
"cuanto más se ama, más se tiene",
yo soy cada día más rica.
Porque me despierto y te quiero,
y siento como mi hucha se colma,
porque por la tarde
ese amor ha crecido
y ha tomado el tamaño
de un globo henchido
y entonces mi hucha
ya no cabe
en una sola cuenta bancaria.
Por la noche,
ya soy multimillonaria,
te quiero tanto
que le han puesto
mi nombre a un banco.
Si sigo así hasta mañana,
lo que menos me preocupa
es en qué podría gastarme
todo ese dinero,
lo que menos me preocupa
es la comisión que me va a cobrar
el seguro médico,
porque si sigo así hasta mañana,
hasta el mes que viene,
hasta el próximo año,
tanto te estaré amando
que voy a tener que comprarme
un abrigo que disimule
el desmesurado corazón
que me está creciendo.