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martes, 7 de julio de 2009

El valor de tu amor


El valor de tu amor reside en la libertad
de que tú quieras quererme.
Sólo ese amor va a tener sentido entre nosotros,
que no creemos en el amor por hábito,
por contagio, por imitación.
Puedo obligarte a que me digas
que me quieres,
pero no a que sientas lo que dices,
puedo obligarte a hacer el amor conmigo
con la sutilidad de la seductora
que se hace pasar por la seducida,
puedo obligarte, incluso,
a sentir dolor porque yo te quiero,
pero eso no serviría para que tú,
espontáneamente,
empezaras a quererme.
Si me empeño puedo engañarte
durante toda la vida,
decirte que el amor es esto,
que funciona a ratos,
como un ordenador,
que no somos nosotros,
que es el tiempo,
que llueve cuando debería hacer sol,
pero de qué serviría cuando yo sabría
que tu amor es de pladur,
de material de obra barato.
El valor de tu amor reside
en que tú estés dispuesto a quererme
sin que yo tenga que convencerte,
sin que yo tenga que atarte a mi cama,
ni rezarle a Dios por la noche,
ni pedirle a mi angel cada mañana.

miércoles, 24 de junio de 2009

Nos guardamos


Nos guardamos el dinero,
los cheques, los pagarés,
las propinas, los aguinaldos,
la calderilla.
Nos guardamos hasta los besos,
los abrazos, las cartas de amor,
y las palabras que nos dijimos un día,
eso sí, sin mucho viento.
Nos guardamos las cosas que heredamos,
las que nos encontramos, las que nos regalaron
- a pesar de que nunca supimos
bien bien qué hacer con ellas -.
Nos guardamos lo que compramos
aunque nos quede grande o pequeño...
Nos guardamos tantas cosas
creyendo que así
podremos llegar
a dejar de ser pobres...
A dejar de tener que pagar
una hipoteca asfixiante,
a dejar de deber dinero en la gasolinera,
a empezar a tener de sobras
en el banco, en la cartera,
en el bolsillo, en el corazón,
en el estómago y hasta en la nevera...
Guardamos, compramos,
poseemos - nos poseen - ...
Con lo fácil que sería comprender
que tan solo dando podemos ser ricos.

*Inspirado en la cita de Vicenç Ferrer: "Si quieres ser rico, da, si quieres ser pobre, no des nada a nadie"

viernes, 25 de julio de 2008

P de Palabras

No me digas nunca más que me quieres
si no piensas hacer algo
con todo ese amor que me tienes.
No me digas nunca más que me echas de menos,
si no vas a hacer algo
para que nos encontremos.
No vengas a abrazarme,
diciéndome que querrías fusionarte,
no vengas a adularme
diciéndome que soy la mujer de tu vida,
ni vengas a engatusarme
con tus largos besos de despedida.
Si tus palabras fueran algo más que sonidos,
ni un huracán podría llevárselas.
¿Qué hubiera sido de mi,
si hubiera sido sorda?
Ruégale a Dios
no enmudecer nunca,
tú, que sólo sabes amar con la boca.

jueves, 3 de julio de 2008

A de Anti

No hay nada más en contra del amor
que los poemas, que las canciones,
que los libros y que las películas
de amor.
No hay nada que atente más
contra el amor para la libertad
que esos tópicos románticos
que se anuncian como si fueran productos
que todo el mundo debiera comprar.
Olvídense de la antología de Pablo Neruda,
olvídense de Becquer, de Bon Jovi.
Olvídense de Ben Harper, de Frank Sinatra,
y puestos a añadir, olvídense de los Rolling.
Que nadie nos haga creer que amar
implica morirse o matar,
que nadie nos convenza de que no amamos
si no lloramos,
de que no amamos si no sufrimos.
Puede que este sea un antipoema,
y muchos me acusen de ser una poeta desalmada,
de ser una mujer sin corazón.
No me importa ser la mala que diga
que hay muy poco
de ese título que ostentan
todas las manifestaciones
que dicen ser “de amor”.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

C de Costumbre


Yo no quiero acostumbrarme
a la tristeza, a la apatía,
a la rutina y a la impotencia.
Yo no quiero acostumbrarme
a los gritos, a las lágrimas,
a los fracasos.
Yo no quiero resignarme
a pensar que soy así,
sin darme una oportunidad
para aprender a cocinar,
para aprender a cantar,
para aprender a contagiar
mis ganas de hablar en verso.
Yo no quiero convertirme
en una persona que amarga
una tienda repleta de caramelos,
en una persona
que programa con cautela
sus naufragios,
en alguien que sólo hace el amor
con la luz apagada, los días festivos,
sin niños en la casa.
Yo no quiero olvidarme,
como los desmemoriados,
de que está permitido ser afortunado,
de que no está prohibido reír.
Yo no quiero olvidarme
de que un día escribí este poema
porque creí sinceramente
en que podía aspirar
a helados en pleno invierno,
a besos desinteresados,
a conocer lugares secretos.
Yo tan sólo quiero acostumbrarme
a la felicidad como costumbre,
a tus abrazos como hábito
a tu amor como tradición.

jueves, 25 de octubre de 2007

S de Sinceridad


Uno se aferra a lo que tiene
creyendo que tiene lo mejor.
He visto hombres agarrados
a cualquier estaca,
flotando a la deriva en el mar,
he visto mujeres caminando
sobre la cuerda floja,
asidas tan solo por un hebra de hilo.
He visto a gentes presumir
de lo que tienen
cuando tan sólo tienen
cubos de basura, sobras de festines,
montañas de residuos
que ellos llaman bienes.
Hay quien no ve los parches
que sustentan sus relaciones,
que remiendan sus alianzas,
quien no quiere ver las carencias
que colman de vacío su alma.
Muchos prefieren parecer felices,
alegres, amados, queridos.
Muchos están convencidos
de que son afortunados,
de que están despiertos,
de que están vivos.
Pero cuando uno
se aferra a lo que tiene
creyendo que tiene lo mejor,
creyendo que ya ha llegado
al culmen del amor,
cuando uno se niega
a ver que podría cambiar,
que podría prosperar,
acrecentar el nivel de su bienestar,
es porque prefiere
vivir una cómoda mentira
que arriesgarse a vivir
una vida sincera, tal vez dura,
sólo alcanzada mediante la verdad.