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lunes, 22 de junio de 2009

P de Parto


Qué doloroso es el parto
en el que yo misma me doy a luz.
Cuántas contracciones por minuto
para emerger a la resurrección de mi vida.
Cuántas inspiraciones controladas,
cuántas lágrimas reprimidas
para nacer como hija de mí misma
y amamantarme como mi propia madre.
Qué gestación más larga,
veinte años embarazada,
cuánto tiempo invertido
en volver a crearme,
en volver a bautizarme.
Qué experiencia tan humana
asistir en directo
a mi propio nacimiento
y ayudarme como comadrona
a empujar siempre hacia adelante.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Ándate con cuidado

Ándate con cuidado 
porque la bondad de algunos 
no tiene límite: 
hay quien puede llegar a decir 
que si te mata,
es por tu propio bien.

viernes, 13 de marzo de 2009

La necesidad vital

El amante despechado no llora por los besos
que ya nunca más le van a dar.
La mujer abandonada no se pudre de dolor
por los abrazos que ya no le esperan
después del trabajo,
por las palabras que ya no la consuelan
en sus días más funestos,
por las miradas que ya no la ven
como una diosa hermosa,
como un ángel con sexo,
o como musa
y obra de arte al mismo tiempo.
El amante desamparado
no se estremece de pena
porque ya nadie le acaricie el pelo,
ni le arrulle en sus noches sin orgasmo,
ni le ponga nombres infantiles, absurdos
y hasta irrisorios.
No,
ni el hombre ni la mujer
a los que descartaron,
de los que prescindieron,
sufren y adolecen por el amor que ya no les ofrecen…
No,
el hombre y la mujer,
a los que rechazaron,
de los que se apartaron,
sufren y adolecen por el amor
que embozado y atascado,
guardado a presión en su corazón,
a punto de estallar por la tensión,
echa de menos a alguien
a quien colmar de besos,
estrujar con abrazos,
erizar la piel con caricias,
y emocionar con poemas.
El deseo de que te amen
no es nada comparado
con la vital necesidad
de amar.

martes, 17 de febrero de 2009

Yo no sabía...

Yo no sabía que uno podía
morirse dos veces.
Ahora que de nuevo muerta,
estoy arrancándome
estos clavos oxidados de las manos,
esta corona de espinas
que ha dejado mi cráneo agujereado,
esta lanza envenenada con vinagre
y que me escuece el corazón.
Ahora que de nuevo moribunda
me dispongo a resucitar
y a convertir la madera de mi cruz
en un columpio con el que jugar,
no puedo echarme atrás
y ponerme a dormir en la tumba.
Cuesta resucitar,
es difícil insuflarse vida 
cuando me he muerto tanto 
que he visto gusanos anidando en mi mano.
Yo no sabía que uno podia
morirse dos veces,
pero qué mas da,
tampoco sabía
que siempre se puede resucitar.

jueves, 3 de julio de 2008

A de Anti

No hay nada más en contra del amor
que los poemas, que las canciones,
que los libros y que las películas
de amor.
No hay nada que atente más
contra el amor para la libertad
que esos tópicos románticos
que se anuncian como si fueran productos
que todo el mundo debiera comprar.
Olvídense de la antología de Pablo Neruda,
olvídense de Becquer, de Bon Jovi.
Olvídense de Ben Harper, de Frank Sinatra,
y puestos a añadir, olvídense de los Rolling.
Que nadie nos haga creer que amar
implica morirse o matar,
que nadie nos convenza de que no amamos
si no lloramos,
de que no amamos si no sufrimos.
Puede que este sea un antipoema,
y muchos me acusen de ser una poeta desalmada,
de ser una mujer sin corazón.
No me importa ser la mala que diga
que hay muy poco
de ese título que ostentan
todas las manifestaciones
que dicen ser “de amor”.

jueves, 13 de septiembre de 2007

T de Tango


No me seas tanguero,
chabón,
que te piensas que por
más sufrir,
puedes presumir de amor.
No me seas tanguero,
chabón,
que quieres ser el protagonista
de las letras de un gotán
y morirte si alguna mina
te abandona.
Si la milonguita
te ha salido cabrera
y a ti te gusta ser el gil
que se crea un macho
sólo porque es la beba
más papusa de la ciudad,
sólo puedo decirte
que tu amor es como mucho
una macana de magallanes.
Que no te llore el alma
porque te has quedado
morfando solo,
ni pienses que porque guardas
tarros de todas tus lágrimas
te mereces más el amor
de tu mujer,
que la vida no es un tango
ni puedes matarla porque es tuya,
ni exigir que te quieran sólo
porque le hablas
en lunfardo.