No hay nada más en contra del amor
que los poemas, que las canciones,
que los libros y que las películas
de amor.
No hay nada que atente más
contra el amor para la libertad
que esos tópicos románticos
que se anuncian como si fueran productos
que todo el mundo debiera comprar.
Olvídense de la antología de Pablo Neruda,
olvídense de Becquer, de Bon Jovi.
Olvídense de Ben Harper, de Frank Sinatra,
y puestos a añadir, olvídense de los Rolling.
Que nadie nos haga creer que amar
implica morirse o matar,
que nadie nos convenza de que no amamos
si no lloramos,
de que no amamos si no sufrimos.
Puede que este sea un antipoema,
y muchos me acusen de ser una poeta desalmada,
de ser una mujer sin corazón.
No me importa ser la mala que diga
que hay muy poco
de ese título que ostentan
todas las manifestaciones
que dicen ser “de amor”.
que los poemas, que las canciones,
que los libros y que las películas
de amor.
No hay nada que atente más
contra el amor para la libertad
que esos tópicos románticos
que se anuncian como si fueran productos
que todo el mundo debiera comprar.
Olvídense de la antología de Pablo Neruda,
olvídense de Becquer, de Bon Jovi.
Olvídense de Ben Harper, de Frank Sinatra,
y puestos a añadir, olvídense de los Rolling.
Que nadie nos haga creer que amar
implica morirse o matar,
que nadie nos convenza de que no amamos
si no lloramos,
de que no amamos si no sufrimos.
Puede que este sea un antipoema,
y muchos me acusen de ser una poeta desalmada,
de ser una mujer sin corazón.
No me importa ser la mala que diga
que hay muy poco
de ese título que ostentan
todas las manifestaciones
que dicen ser “de amor”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario