domingo, 6 de enero de 2008

M de Magia

Supuse que la magia
era poder sacar
un conejo blanco
de un sombrero negro.
Creía que ser un mago
era tener una varita mágica
en el bolsillo de un frac viejo.
Pensé que los milagros
ocurrieron hace tiempo,
cuando los panes eran promiscuos,
y se podían clonar los peces.
Tenía una idea clara
de los misterios y de los enigmas,
podía barajar hasta tres juegos de cartas,
no había truco que yo no conociera
ni tramposo al que yo no ganara,
pero ahora de repente,
descubro que la magia
está fuera del alcance de mis poderes,
que la magia no es un espectáculo
en una fiesta infantil,
que la magia es que un día
el amor te llegue por sorpresa,
que ser feliz sea un virtud
que uno adquiera de repente,
que te encuentres una vida
con tu nombre en la etiqueta.
Mágico es que nuestras almas
sean gemelas,
que tus manos encajen
tan perfectamente en mi cintura,
que nos miremos
y nos veamos,
que nos amemos
sin querer cambiarnos,
que nos vivamos
como un verbo nuevo
en el diccionario.

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