lunes, 7 de enero de 2008

R de Revolución


Ya llegó el momento de la revolución,
hay que denunciar la injusticia:
todavía existe gente
sin una nota de amor en el espejo.
Hay que proclamarse en huelga de hambre:
no almorzar hasta que alguien nos dé un beso.
Empapelemos la ciudad con carteles
que inviten a luchar sin más armas que un abrazo,
no cejemos en el empeño
hasta provocar una guerra de arrumacos.
Sal a difundir que no vamos a conformarnos
con un “Buenos días” en la panadería:
exigimos sonrisas en la pescadería
y chistes en la cola del metro.
Seamos subversivos:
que todas las despedidas,
las de hasta mañana y las de hasta luego,
se acaben con un “Te quiero”,
que nos llamen insurrectos:
no nos dobleguemos
sino ante la autoridad
que mana del enamorado.
Manifestémonos sin permisos
en cualquier rincón de la ciudad,
llevemos pancartas que digan:
“Exigimos nuestro derecho a amar”.
Ya llegó el momento de la rebelión:
los corazones han dado un golpe de estado,
no hay antidisturbios que los paren,
ni ejército que los detenga.
Dicen en los periódicos que estamos
ante la revolución del amor.

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