En Terrassa hay un hombre que cree que las bicicletas son en realidad postcoches porque son más divertidas y superiores en prestaciones. Por eso mismo defiende que los vehículos a motor son también prebicicletas, porque son un invento popularmente precedente pero fallido. Para este hombre todo acaba y empieza en las bicicletas así, para él los libros que no las mencionan son antilibros, las personas que no las usan son semipersonas y las suelas que han sido desgastadas por el pedal son extrasuelas. Lo que más le molesta a este superhombre - así define a los que usan la bicicleta al menos una vez al día - es que llueva, la lluvia es la remuerte de los paseos, aunque para eso él siempre lleve una hipersonrisa puesta que le sirva de paraguas. Al hombremóvil, al hombreruedas nada le detiene, excepto cuando a su minimujer se le sale la cadena de la bici...