No puedes congelar la vida,
no es un pescado frito,
tómala fresca o muérete de hambre.
Da gracias de que no puedas
guardar la vida en la alacena,
porque todo lo que guardaras
sería sólo lo que robaras
al momento presente.
Y si un día te empeñas
en congelar algún minuto,
ya sea de sonrisas o de lágrimas,
no pretendas que al consumirlo
te siente bien:
ese pasado ya está podrido
y no hay ultracongelación posible
que conserve intactas
las propiedades de la vida.
Tómala fresca o muérete de hambre.
Si te aferras al momento
queriendo atarlo al mañana
a fuerza de nudos marineros
puedes correr el riesgo
de quedar amarrado
en tu propia trampa.
Libérate del pasado,
deja de plastificar
las páginas de tu diario.
Mañana cuando tengas apetito,
no abras la nevera,
ni te asomes al congelador,
abre los ojos y recoge
la ración de vida fresca
que deja un mensajero
cada madrugada.
Hola Sandra :acabo de entrar en la página y leer el poema de "fresca y "enamorarse" .Eres natural como la vida misma, al leer los poemas los oigo con tu voz.
ResponderEliminarMe ha encantodo conocerte a ti y a Mari Carmen sois encantadoras
Un abrazo Tere
Me ha emocionado leer los poemas ,me ha trasladado al lugar donde los escuche por 1º vez