Un día voy a meter en una habitación sin ventanas a todos los que me envían SPAM. Lo juro. Voy a empezar a construirla en el sótano de mi casa. Pequeña, que duerman bien juntitos. Y si siguen así ni inodoro les voy a poner, un agujero en el suelo y listo. Agua, la justa y pan, de molde y con corteza. Ahí se van a enterar. Me van a suplicar clemencia. Remitentes de correos electrónicos no deseados, amigos que me invitan a juegos en Facebook, contactos que saturan de cadenas los grupos de Whatsapp, quedáis avisados. ¿Lo oís? Soy yo montandóos las camas de Ikea en el zulo. Las más baratas, las que hay que atornillar de tanto en tanto. Y no lo haré. Esconderé la llave allen para que el día menos pensado la estructura ceda y acabéis en el suelo (¡PAM!). ¿Da miedo, eh? Parad. No me interesan vuestros cursos de autoayuda. ¿No véis lo feliz que soy en Instagram?